PRIMER CITA
Un Alternativo Coloquio
¿Debo iniciar con una confesión? Antes de sentarme a escribir estas líneas tuve que leer en un diccionario la definición de alternativo, porque ciertamente lo que tuve ocasión de atestiguar del llamado Primer Coloquio Internacional de Teatro Alternativo, me dejó confusiones en cuanto al significado de términos. Es así como, luego de revisar los conceptos alternativa, alternancia y alternar, descubro que la definición que creía tener de alternativo como algo distinto o diferente a lo ya establecido, no es correcta; lo alternativo no es más que una posibilidad de elección y /o decir o hacer, ya unas cosas, ya otras, sucesivamente. Saber esto me tranquiliza. Me tranquiliza porque de haber continuado con mi anterior definición de alternativo -lo distinto a lo ya establecido, según yo-, erróneamente hubiera creído que el Coloquio careció de fundamentos para ser bautizado así o, peor aún, para ser organizado como tal, pues no todos los montajes participantes poseían esa “alternatividad”: Son Caribe; Compañía de Teatro del Estado, Compañía Trashumante el Carro de Heno o Compañía Hilo Negro, con propuestas teatrales “alternativas” -según yo-, ya en su forma o en su contenido, compartían coloquio con otras propuestas menos “alternativas -nuevamente según yo- y más “tradicionales”.
Como ya dije, yo vivía en el error. Ahora sé que efectivamente lo alternativo consiste en ver ya una obra, ya otra, sin mayor parámetro. Solo así se entiende la posibilidad de atestiguar el montaje amateur de Sida Harta -en un espacio que además pretende ser escénico-, y poco después ver el exquisito montaje de Trufaldino en el mismísimo teatro del IMSS. Se entiende la posibilidad de presenciar tanto el divertimento popular de Vaqueros en calzones sobre un templete, que el trabajo plástico poético de Réquiem por una mariposa en el foro de un ex convento. Se comprende el poder asistir a evocaciones históricas con Arquímedes de Siracusa -en un foro donde milagrosamente caben actores y escenografía-, lo mismo que a reflexiones contemporáneas -en un espacio voluntariamente estrecho como resultó el autobús de la Ruta 13. Col. El Retorno-.
En la variedad esta el gusto, dicen, y ante tan variadísimo menú es de agradecerse los esfuerzos por llevar a la Ciudad de Tepic grupos y montajes tan disímbolos que de una u otra forma enriquezcan el panorama teatral del espectador tepiqueño... porque quiero creer que a las funciones de los grupos anteriormente citados y a otras tantas que no pude atestiguar, asistieron los lugareños y no solo los participantes del mismo coloquio. Coloquio que por cierto no pude compartir y que ojalá no haya degenerado en soliloquio, donde cada grupo se limitase a dar sus funciones y a correr de un extremo al otro de la ciudad para atestiguar el montaje de algún otro grupo sin mayor intercambio de impresiones o experiencias. Ahora bien, doy fe de que charlas de pasillo y sobremesa entre integrantes de grupos si existieron, lo que nunca supe fue si oficial y formalmente llegó a darse un coloquio entre los mismos, o mejor aún, entre los grupos teatrales y los espectadores de Tepic y municipios vecinos. Ojalá no haya sido un coloquio de corte oficial donde “te presentas, comes y te vas.” Ojalá.
Lo difícil siempre es comenzar, echar a andar un proyecto. Hoy, el Coloquio Internacional de Teatro Alternativo ha dejado ya de ser un sueño y se ha vuelto una realidad y un compromiso; no queda más que verlo madurar y robustecerse año tras año, al calor de aciertos y errores. Una mención para quienes buscan hacer de Nayarit, escaparate del teatro -cualquiera que este sea- y punto de encuentro de variados talentos escénicos nacionales.
Lic. Gabriel Alfonso Ortega Ramírez

Un Alternativo Coloquio
¿Debo iniciar con una confesión? Antes de sentarme a escribir estas líneas tuve que leer en un diccionario la definición de alternativo, porque ciertamente lo que tuve ocasión de atestiguar del llamado Primer Coloquio Internacional de Teatro Alternativo, me dejó confusiones en cuanto al significado de términos. Es así como, luego de revisar los conceptos alternativa, alternancia y alternar, descubro que la definición que creía tener de alternativo como algo distinto o diferente a lo ya establecido, no es correcta; lo alternativo no es más que una posibilidad de elección y /o decir o hacer, ya unas cosas, ya otras, sucesivamente. Saber esto me tranquiliza. Me tranquiliza porque de haber continuado con mi anterior definición de alternativo -lo distinto a lo ya establecido, según yo-, erróneamente hubiera creído que el Coloquio careció de fundamentos para ser bautizado así o, peor aún, para ser organizado como tal, pues no todos los montajes participantes poseían esa “alternatividad”: Son Caribe; Compañía de Teatro del Estado, Compañía Trashumante el Carro de Heno o Compañía Hilo Negro, con propuestas teatrales “alternativas” -según yo-, ya en su forma o en su contenido, compartían coloquio con otras propuestas menos “alternativas -nuevamente según yo- y más “tradicionales”.
Como ya dije, yo vivía en el error. Ahora sé que efectivamente lo alternativo consiste en ver ya una obra, ya otra, sin mayor parámetro. Solo así se entiende la posibilidad de atestiguar el montaje amateur de Sida Harta -en un espacio que además pretende ser escénico-, y poco después ver el exquisito montaje de Trufaldino en el mismísimo teatro del IMSS. Se entiende la posibilidad de presenciar tanto el divertimento popular de Vaqueros en calzones sobre un templete, que el trabajo plástico poético de Réquiem por una mariposa en el foro de un ex convento. Se comprende el poder asistir a evocaciones históricas con Arquímedes de Siracusa -en un foro donde milagrosamente caben actores y escenografía-, lo mismo que a reflexiones contemporáneas -en un espacio voluntariamente estrecho como resultó el autobús de la Ruta 13. Col. El Retorno-.
En la variedad esta el gusto, dicen, y ante tan variadísimo menú es de agradecerse los esfuerzos por llevar a la Ciudad de Tepic grupos y montajes tan disímbolos que de una u otra forma enriquezcan el panorama teatral del espectador tepiqueño... porque quiero creer que a las funciones de los grupos anteriormente citados y a otras tantas que no pude atestiguar, asistieron los lugareños y no solo los participantes del mismo coloquio. Coloquio que por cierto no pude compartir y que ojalá no haya degenerado en soliloquio, donde cada grupo se limitase a dar sus funciones y a correr de un extremo al otro de la ciudad para atestiguar el montaje de algún otro grupo sin mayor intercambio de impresiones o experiencias. Ahora bien, doy fe de que charlas de pasillo y sobremesa entre integrantes de grupos si existieron, lo que nunca supe fue si oficial y formalmente llegó a darse un coloquio entre los mismos, o mejor aún, entre los grupos teatrales y los espectadores de Tepic y municipios vecinos. Ojalá no haya sido un coloquio de corte oficial donde “te presentas, comes y te vas.” Ojalá.
Lo difícil siempre es comenzar, echar a andar un proyecto. Hoy, el Coloquio Internacional de Teatro Alternativo ha dejado ya de ser un sueño y se ha vuelto una realidad y un compromiso; no queda más que verlo madurar y robustecerse año tras año, al calor de aciertos y errores. Una mención para quienes buscan hacer de Nayarit, escaparate del teatro -cualquiera que este sea- y punto de encuentro de variados talentos escénicos nacionales.
Lic. Gabriel Alfonso Ortega Ramírez
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